¿Qué hacer un
domingo a las 18h? Ver el CD San Fernando por supuesto, sea el rival que sea.
Lo que no esperábamos fue ver una serie de robos y atracos en Netflix. Horas
después aún tengo la sensación de sentirme robado y estafado. Ayer, tras el
partido, me entraron ganas de ir a la Comisaría de Policía Local y denunciar el
atraco. El “cabecilla” Álvaro Rodríguez
Recio y sus secuaces Miguel Murciego Cabezas, Daniel Prat Hernández y Pablo
Asensio Pérez. Pruebas tenía. Le enseñé al poli las imágenes y lo confirmó
rellenando el atestado. Un colegiado puede ser malo o puede tener maldad.
Domingo de San
Servando y San Germán, curiosamente patronos de Mérida y San Fernando. Servando
y Germán eran dos legionarios de Emerita Augusta que se convirtieron al
cristianismo y con posterioridad fueron martirizados. Para martirio el que
vivimos ayer. Primera parte absolutamente intragable y una segunda parte
masticable, pero que se encargó el de Madrid de amargarnos.
A domicilio se
puede jugar con defensa de cinco, pero ¿en casa ante el Mérida? Ome, por
favor. Imagino que Salva Ballesta desde
la sala de prensa habrá visto que no funciona. Primer acto para la papelera de
reciclaje.
Tarde con cielo
entoldado. No hicieron falta ni los paraguas de punta ni los otros. ¡Ah, no,
que los de punta no se pueden! El XI de Salva con la novedad de Luis Ruiz y sin
Biabiany otra vez. A las seis de la tarde saltaban los gladiadores a la arena (nunca
mejor dicho) del Coliseo del Bahía Sur. ¡Llegan los romanos! Salva Ballesta vs.
Juanma Barrero. Un exdelantero centro frente
a un exportero. Cada uno con sus armas.
¿Qué es aquel
león que se ve a lo lejos? Linooooo el león azulino que parece haber estado de
baja por sanción federativa. Los “romanos” salieron con ganas de batalla, atrevidos
y haciendo trizas la pizarra de Ballesta. Sustos que presagiaban la llegada de
Halloween. Se habrán tomado un café bien cargado. Sin embargo, los azulinos
estaban dormidos como Lino en la colchonería Colón.
No funcionaba
el centro del campo. David Ramos, muy desacertado y con tarjeta, fue relevado
por Dani Molina que le dio un saltito de calidad, pero que duró solo trece
minutos, dado que se lesionó.
El descanso
llegó con la feliz noticia de que empatábamos a cero. El equipo se mostraba descompuesto y había que
recomponerlo. El San Fernando salió con más revoluciones. Ya daba sensación de esfuerzo
solidario, sacrificio y peligro. Fruto de lo que decimos, el gol en el 59’.
Centro diseñado por el arquitecto Ilyas Chaira y aparición celestial de Rubén
del Campo entre la defensa. Estallido de
alegría. Aún estábamos terminando de abrazarnos cuando Carlos Cinta empataba y
nos dejaba ojipláticos.
Escaramuzas por
un lado y por otro. ¡Y llegó el protagonismo de R. Recio! No es mayorista, ni
limpia pescao, pero montó un fregao que no veas. Se convirtió en una especie de
emperador que desde la tribuna decidió poner pulgar abajo para el San Fernando.
Penalti a Rubén del Campo (a mí me lo parece) y posible expulsión. Sin señalar. 2320 personas con
las manos en la cabeza.
No quedó ahí.
Falta por juego peligroso sobre la cabeza de Manu Farrando y él mirando para la
estación de Bahía Sur. No quiso verlo. Mala fe. Es el emperador y él manda.
Pulgar abajo para el San Fernando otra vez.
III puntos para
los romanos. Nos romanizaron. Toca irte a casa con cefalea tensional, atacado
de los nervios y jurando en arameo.
Ahora bien, tenemos
que hacer autorreflexión. Hay cosas que solucionar y a buen seguro que lo
haremos. No podemos permitirnos jugar como lo hicimos en la primera mitad. ¿Y el
árbitro? A los leones.
Foto www.deportedelaisla.com
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