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lunes, 24 de octubre de 2022

𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔𝗖𝗥Ó𝗡𝗜𝗖𝗔 𝗦𝗔𝗡 𝗙𝗘𝗥𝗡𝗔𝗡𝗗𝗢 - 𝗔𝗗 𝗠É𝗥𝗜𝗗𝗔

 


¿Qué hacer un domingo a las 18h? Ver el CD San Fernando por supuesto, sea el rival que sea. Lo que no esperábamos fue ver una serie de robos y atracos en Netflix. Horas después aún tengo la sensación de sentirme robado y estafado. Ayer, tras el partido, me entraron ganas de ir a la Comisaría de Policía Local y denunciar el atraco.  El “cabecilla” Álvaro Rodríguez Recio y sus secuaces Miguel Murciego Cabezas, Daniel Prat Hernández y Pablo Asensio Pérez. Pruebas tenía. Le enseñé al poli las imágenes y lo confirmó rellenando el atestado. Un colegiado puede ser malo o puede tener maldad.

Domingo de San Servando y San Germán, curiosamente patronos de Mérida y San Fernando. Servando y Germán eran dos legionarios de Emerita Augusta que se convirtieron al cristianismo y con posterioridad fueron martirizados. Para martirio el que vivimos ayer. Primera parte absolutamente intragable y una segunda parte masticable, pero que se encargó el de Madrid de amargarnos.

A domicilio se puede jugar con defensa de cinco, pero ¿en casa ante el Mérida? Ome, por favor.  Imagino que Salva Ballesta desde la sala de prensa habrá visto que no funciona. Primer acto para la papelera de reciclaje.

Tarde con cielo entoldado. No hicieron falta ni los paraguas de punta ni los otros. ¡Ah, no, que los de punta no se pueden! El XI de Salva con la novedad de Luis Ruiz y sin Biabiany otra vez. A las seis de la tarde saltaban los gladiadores a la arena (nunca mejor dicho) del Coliseo del Bahía Sur. ¡Llegan los romanos! Salva Ballesta vs. Juanma Barrero. Un exdelantero centro frente  a un exportero. Cada uno con sus armas.

¿Qué es aquel león que se ve a lo lejos? Linooooo el león azulino que parece haber estado de baja por sanción federativa. Los “romanos” salieron con ganas de batalla, atrevidos y haciendo trizas la pizarra de Ballesta. Sustos que presagiaban la llegada de Halloween. Se habrán tomado un café bien cargado. Sin embargo, los azulinos estaban dormidos como Lino en la colchonería Colón.

No funcionaba el centro del campo. David Ramos, muy desacertado y con tarjeta, fue relevado por Dani Molina que le dio un saltito de calidad, pero que duró solo trece minutos, dado que se lesionó.

El descanso llegó con la feliz noticia de que empatábamos a cero.  El equipo se mostraba descompuesto y había que recomponerlo. El San Fernando salió con más revoluciones. Ya daba sensación de esfuerzo solidario, sacrificio y peligro. Fruto de lo que decimos, el gol en el 59’. Centro diseñado por el arquitecto Ilyas Chaira y aparición celestial de Rubén del Campo entre la defensa.  Estallido de alegría. Aún estábamos terminando de abrazarnos cuando Carlos Cinta empataba y nos dejaba ojipláticos.

Escaramuzas por un lado y por otro. ¡Y llegó el protagonismo de R. Recio! No es mayorista, ni limpia pescao, pero montó un fregao que no veas. Se convirtió en una especie de emperador que desde la tribuna decidió poner pulgar abajo para el San Fernando. Penalti a Rubén del Campo (a mí me lo parece) y posible expulsión. Sin señalar. 2320 personas con las manos en la cabeza.

No quedó ahí. Falta por juego peligroso sobre la cabeza de Manu Farrando y él mirando para la estación de Bahía Sur. No quiso verlo. Mala fe. Es el emperador y él manda. Pulgar abajo para el San Fernando otra vez.

III puntos para los romanos. Nos romanizaron. Toca irte a casa con cefalea tensional, atacado de los nervios y jurando en arameo.

Ahora bien, tenemos que hacer autorreflexión. Hay cosas que solucionar y a buen seguro que lo haremos. No podemos permitirnos jugar como lo hicimos en la primera mitad. ¿Y el árbitro? A los leones.

Foto www.deportedelaisla.com

 

 

 

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