Oscar Antonio Aguilera Valdés fue un delantero paraguayo nacido en Asunción el 11 de marzo de 1935, que llegó al CD San Fernando a mitad de la temporada 61-62. Llegó como cedido del Sevilla FC. Su posición natural era interior izquierda.
Antes de llegar al Sevilla había jugado en el Nacional y en el Olimpia de Asunción, ambos equipos de su país natal.
A los catorce años empezó a jugar en el Nacional, donde jugó durante nueve temporadas. Fichó por el Olimpia de Asunción en 1955.
En más de treinta veces fue internacional con la selección nacional de Paraguay. En algunas ocasiones como capitán. Fue seleccionado para el Mundial de Suecia de 1958, en el que fue titular fijo. Al término del Mundial, fue transferido al Sevilla junto a dos miembros más de la selección: Ignacio Achucarro y Juan Bautista Agüero.
En el conjunto hispalense permaneció desde 1958 hasta 1961. Sólo jugó nueve partidos y no marcó ni un solo gol. Como se puede ver, no se ganó la confianza de ningún mister sevillista, como por ejemplo de Helenio Herrera.
En la 58-59 disputó tres partidos y uno en la 60-61. Su debú fue el 18 de enero de 1959 en el Sánchez Pizjuán, Sevilla 3 – Zaragoza 1. Jugó los noventa minutos junto a Cobos, Romero, Campanal II, herrera, Ruiz Sosa, Achucarro, Antoniet, Diéguez, Pepillo y Szalay. En el banquillo Juan Antonio Ipiña.
Su cesión al club azulino nos la contó de viva voz Pepín Sevillano, presidente del CD San Fernando, y lo hizo así:
“Barbacil tenía muy buenas relaciones con el Sevilla FC. Allí tenía las puertas abiertas. Fueron a por Bancalero y volvieron con Aguilera. El técnico Diego Villalonga les confesó que si querían verdaderamente salvar al equipo, que no se llevasen a Bancalero, llevaros a un delantero que está separado del equipo y declarado en rebeldía. Éste no era otro que el internacional y mundialista paraguayo Aguilera. Aún recuerda el señor Sevillano la dirección: “calle Arjona, número 7” . A las nueve de la noche llegamos a su casa. Allí estaba sentado en el comedor con una copa en la mano, “pegando bandazos”. Nos preguntamos: “¿éste es Aguilera? Fueron sinceros y le confesaron que “no tenían una gorda para pagarle”. Podrían ofrecerle veinticinco mil pesetas si conseguían la salvación. Aguilera puso sus condiciones: “entrenaré cuando yo quiera, miércoles, viernes y el domingo a jugar”. Así fue. Llegó, vio y goleó. Aguilera se convirtió en el ídolo de la afición esos meses. Sus goles fueron decisivos y el equipo se salvó. Pepín mira hacia arriba y en seguida nos cuenta el gol que le marcó al Málaga, “desde fuera del área, con un efecto impresionante, pegado al palo, “de latiguillo”, como le decía Manolo Barrera.” “ (http://fueronazulinos.blogspot.com/)
Óscar tuvo un grave accidente de tráfico siendo jugador del CDSF. Él sufrió varios golpes de leve consideración, pero murió su acompañante y amigo.
Santiago Núñez sustituyó al salmantino Manolo Soler, eso y el muy acertado fichaje de Aguilera suponen una vuelta de tuerca al devenir negativo de los azulinos. Aguilera fue artífice a la remontada. Recordamos que fueron seis partidos sin perder que facilitó que se jugara la promoción ante el Avilés, al que se venció con cierta facilidad. El primer partido lo ganó el CDSF en el “Suárez Puertas” de Avilés por 2-3 y en el Madariaga se redondeó con un 5-2. De esta manera el conjunto de La Isla permanecía un año más en la 2ª división.
Aguilera jugó ocho partidos y Aguilera marcó tres goles y dio varias asistencias. Los veteranos aficionados hablaban de él y aún recuerdan un cántico que le cantaban en la grada que decía: “aligera Aguilera que nos vamos a primera”.
A su marcha del San Fernando, desconocemos su paradero posterior.
Oscar Antonio Aguilera Valdez se casó con una sevillana,Agueda Casal Navarro fundó una familia y tuvo cinco hijos nacidos en Sevilla.Vivieron felices en la casa de la calle Arjona 6 hasta su fallecimiento el 9 febrero 1978 a la edad de 44años.Nunca volvió a su querido país,Paraguay donde dejó Madre,tres hermanos y más fmiliares que siempre esperaron la vuelta de"Cachito".
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