Una de las parejas más recordadas por la más
veterana legión de aficionados y socios del CD San Fernando es la formada por
Villita y Bouso. Sin embargo, tan solo coincidieron una sola temporada, la
55-56. Una campaña que dejó una huella que no se puede borrar en la memoria
histórica azulina. Este blog quiere
dedicar este monográfico al santanderino Villita.
Antiguamente
los aficionados conocían de memoria el once inicial de sus equipos favoritos.
Es más, incluso en la foto previa al comienzo de los encuentros, solían ponerse
numerados del uno al once. Villita era el eje del centro del campo de un Club
Deportivo San Fernando que en su segundo
proyecto en la 2ª división del fútbol español buscaba afianzarse y consolidarse
en la categoría. Y más tras el sufrimiento en la primera experiencia sufrida en la 54-55.
El
técnico Adolfo Bracero quiso confiar en gente que conociera la categoría para
la sala de máquinas. El técnico onubense se trajo del Racing Club de Santander
a Villita que ya contaba con experiencia en 1ª división con el equipo de su
tierra. Tampoco mucha, 23 partidos en tres temporadas, pero suficiente para el
conjunto isleño.
Ramón
Villanueva Reigadas es “Villita”, santanderino (en tierra de muchos montañeses)
que nació el día de los Inocentes de 1931. Llegó al Racing de Santander en la
temporada 52-53, procedente del Rayo Cantabria. Con sus escasos veintiún años
llegó al conjunto racinguista en la temporada 52-53. Serán tres temporadas en
las que sumará tan solo 23 partidos, pero (recordemos) que en 1ª división,
codeándose con los mejores de la década: Ben Barek, Escudero, Ramallets, César,
Biosca, Paco Gento o el mismísimo Di Stéfano.
Su debut
se produjo el 12 de octubre de 1952 ante el Atlético de Madrid de Helenio
Herrera. Se celebraba la quinta jornada y los Campos de Sport del Sardinero se
preparaba para recibir a los colchoneros. Empate a tres goles fue el resultado
final. El primer once de aquella tarde de otoño, la del debut de Ramón, estuvo
conformado por Juanito, Gallo, Barrenechea, Ruiz Toro, Villita, Nando,
Magritas, J.M. Martínez, León, Alsúa II y Mahjoub. Esta temporada jugó siete
partidos más, pero sin continuidad: jornadas 5,6,7, 13,21, 22, 23, 24 y dos
encuentros más de Copa ante el Granada. Los montañeses terminaron undécimos en
una competición que conquistó el FC Barcelona.
En la
temporada 53-54 jugó cuatro partidos completos ante el FC Barcelona, Atlético
de Madrid, Osasuna y Espanyol. Dos empates y dos derrotas.
En el
curso futbolístico 54-55 Villita totalizó 990 minutos en 11 jornadas. Tuvo
bastante continuidad en la fase que va desde la jornada once hasta la número
treinta. El Racing descendió de categoría a Segunda División. Era el mejor
momento para cambiar de aires. Decía adiós al Racing habiendo gozado de 2007
minutos en 23 partidos completos. Promedió 7,6 partidos por temporada.
Verano de
1955. La nueva directiva que presidía Julio Roa retuvo los valores importantes
del equipo. Se quedaron Jiménez, Maluenda, Devesa, Periñán, Chispa, Ayala, ….
Se apuntaló el conjunto con jugadores de nivel, como Barcina, Tomé, Bouso,
Loren, Paulino,…. Y Villita.
El medio
centro recibió ofertas del Real Betis. El Club Deportivo apostó fuerte por él.
Pagó ochenta mil pesetas por su fichaje (que para mediados de los cincuenta
está muy bien). El fichaje se consumó a finales de agosto, ya próximos a
comenzar la competición liguera.
El sorteo
del calendario indicaba que Heliópolis será el escenario del primer partido
liguero del grupo Sur para el Club Deportivo. En el “templo bético” se dio la campanada, al
regresar a La Isla con una valiosa victoria por 1-2, con goles de Loren y
Eduardo Ayala. Curiosamente era el debut en partido oficial de Benito
Villamarín como presidente del Real Betis. Adolfo Bracero puso en liza a Gómez;
Jiménez, Tomé y Barcina; Villita, Devesa;
Periñán, Chispa, Paulino, Loren y Ayala. El cedido por el Atlético de Madrid, Bouso, no
jugó. Fue el primero de muchos. Terminó la temporada con 28 partidos completos,
totalizando 2520 minutos. Rendimiento
total. Con él sobre el césped doce victorias y dos empates, número que
instalaron al CDSF en el puesto decimotercero.
VILLITA EL TERCERO DE PIE |
Como anécdota comentar que el binomio Villita-Bouso se estrenó en la jornada cuarta ante el Atlético Tetuán (3-1). De ahí hasta el final. A pesar de todo, solo duró esta temporada, dado que Bouso regresó a su equipo de procedencia, el Atleti.
En la temporada 56-57 (tercera en 2ª, segunda con
Villita) llegó un nuevo técnico, el vasco Ángel Calvo. Solo seis futbolistas
permanecieron de la temporada anterior. Llegaron Lolín y Mendi, entre otros. El
conjunto isleño ocupó el puesto decimocuarto. El montañés disputó 31 partidos
(catorce victorias y dos empates). Su pareja de baile en la sala de máquinas
fue el vasco Goyo.
Su última
temporada fue la mejor de la historia,
la 57-58, pero la peor en el terreno personal. Tan solo seis partidos. Llegó un
nuevo inquilino al banquillo, el recordado José Luis Riera. Se rodeó de un 50%
de la plantilla anterior y el resto con nuevas incorporaciones, como
Echezarreta, Elorriaga, Contrasta, el goleador Nené y la vuelta de Luis
Periñán. Villita se perdió las seis
primeras jornadas, debido a una lesión que lo tuvo apartado un tiempo. El buen
funcionamiento del equipo y los buenos resultados hacían que Calvo no tocara
apenas el once. Volvió a los terrenos de juego en la jornada octava, cuando se
ganó 3-1 al Eldense. Ya no jugó hasta la
jornada 13. A continuación cinco partidos más en las siguientes jornadas y para
de contar. El 19 de enero en la jornada 18 jugó su último partido de liga en 2ª
división como azulino. Formó pareja con Puyol.
El 30 de
junio de 1958 recibió la carta de libertad del club. Fueron tres temporadas intensas. Llegó con el equipo
decimotercero y se fue con el equipo sexto y una temporada épica. Sobre el césped
5850 minutos en Liga y algunos más en Copa. Marcar goles no se le daba bien,
pero fijaros en la casualidad que marcó los dos únicos goles con la camisola
azulina (término vintage) en dos jornadas consecutivas, las número 30 y 31 ante
el Levante y al Tenerife en la campaña 56-57.
Retornó a
tierras cántabras. De vez en cuando una vuelta a La Isla para recordar los
buenos momentos vividos y saludar a los amigos que dejo aquí. De hecho era uno
de los jugadores más idolatrados por la afición isleña. Simpatizaba con ella tanto dentro como fuera
del terreno de juego.
Cuando
colgó las botas, comenzó su vida empresarial.
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