A finales
de la década de los sesenta y comienzos de los setenta, destacó en el CD San
Fernando un extremo derecha a la antigua usanza llamado Antonio Sánchez Gómez,
“Antoñito” y apodado “Gato”, otro gran representante más de la siempre fértil
cantera de futbolistas nacidos en la Real Isla de León en aquella década, al
igual que Mariano, Quinichi, Juan Carrasco, Fali Castañeda y muchos más.
ANTOÑITO CON EL INFANTIL (agachado el 4º) |
Antonio
formaba parte del CD San Fernando Infantil de la temporada 65-66, que se
proclamó Campeón provincial. Antoñito, Fali, Carrasco, Gamero, Manolo Martín,
Quique, etc., son algunos nombres propios de la plantilla. En la foto superior:
(De pie) Villi, Paquito Ruiz,
Romera, Barba, Paquito, Lucas, Herrera, Mateo (p)
(Agachados): Alconchel, Fali Castañeda, Gamero, Antoñito, Carrasco, Quique y Martín.
(Agachados): Alconchel, Fali Castañeda, Gamero, Antoñito, Carrasco, Quique y Martín.
Tras terminar como
infantil y pasar a juveniles (no existía la categoría cadete), donde destacaría
sobremanera, lo que hizo que el entrenador del primer equipo, Santiago Núñez,
lo hiciera debutar en edad juvenil. La ilusión por bandera. De
golpe y plumazo miraba a la izquierda y veía a Mariano, lo hacía a la derecha y
veía a Quinichi, o a Morales, o miraba al frente y se encontraba con el poderío
de Pepe Cantón.
Vayamos al
día de su debut. El San Fernando
afrontaba un encuentro el primer día de enero de 1968 en Huelva ante el
Onubense. Viajaba con una plaga de castigados y lesionados. Entre los viajeros,
un joven extremo en edad juvenil, Antoñito. Extremo como su primo hermano Juan
Gómez “Juanito”, legendario jugador internacional ex del Real Madrid, Málaga o
Burgos.
Añadir leyenda |
El San Fernando arrasaba y
goleaba por 0-5 a
los locales. Núñez alineó el siguiente once: Saavedra, Cáceres, Berrocal,
Quique, Chica, Corrales, Antoñito, Pedro, Arcas, Vallejo y Mariano. Debutó con gol (o mejor dicho con goles) el “Gato”. Su primer gol con la azulina fue
en el minuto 20, cuando aprovechó una asistencia de Mariano, para regatear al
meta y entrar en la portería con el balón en los pies. Era el 0-3. Y a falta de dos minutos marcó el
que cerraba el marcador, de nuevo con pase de Mariano.
Antoñito jugó al menos 8 partidos
más y marcó 7 goles. Como el rey Midas, lo que tocaba lo convertía en oro.
Con la llegada del mister
Fernando Guillamón en la 68-69 no hubo mucha suerte. Las lesiones hicieron que
solo pudiera jugar 9 partidos, aunque anotó tres tantos (dos de ellos en el
choque ante el Malagueño).
El mister sevillano permaneció
una temporada más (la 69-70) e hizo
jugar al “Gato” más de interior que de extremo. Estuvo a un alto nivel
personal, disputado unos treinta partidos, en los que marcó 4 goles. Para
desgracia de todos, el equipo descendió a Regional. Palo tremendo para la
afición isleña.
Ya con el equipo en Regional,
Antoñito participó en 31 partidos (5 goles) y el equipo segundo por detrás del
Jerez Industrial, entrenado primero por Manolo Gómez y posteriormente por Riera.
Tuvo menos participación: 16 partidos, 1
gol. Fue especialmente utilizado en la parte final de campeonato, concretamente
cuando se llegó a la promoción de ascenso a 3ª ante el Almería y Cacereño.
La
temporada 72-73 fue su última con la azulina. Apenas participó ni con Paco
Hurtado, ni con Ben Barek. 3 partidos en su haber. Al menos se pudo ir dejando
al Club Deportivo en 3ª división.
Este es su último carnet con el
club de la Isla de León:
Quedó libre de compromiso con el
San Fernando y buscó nuevos aires. Esos aires eran los del Campo de Gibraltar,
concretamente el Algeciras.
Atrás quedaban su paso brillante
por la cantera, su debut en Huelva siendo juvenil, su primer gol, sus seis
temporadas en el senior, la magia, el talento, el carisma, esa impronta de un
jugador talentoso nacido en la Isla de León.
Bajaba una categoría “el Gato”
para seguir disfrutando del fútbol en el Algeciras CF que tenía el ansia
imperiosa de regresar a la categoría nacional. Allí coincidirá con futbolistas
de pasado o futuro azulino: Juan de Dios, Sáez, Ravira, Iglesias, además de los
Quindejo, Del Cura o Platero. Permaneció
dos temporadas. Consiguió el ascenso el Algeciras con Antoñito entre sus filas,
al proclamarse campeón con dos puntos de diferencia sobre el Jerez Industrial.
Con contrato en vigor, continuó
ejerciendo su cátedra como extremo en las bandas del viejo Madariaga hasta la
temporada 72-73, en la que solo jugó tres partidos.
Quedó libre de compromiso con el
San Fernando y buscó nuevos aires. Esos aires eran los del Campo de Gibraltar,
concretamente el Algeciras.
Atrás quedaban su paso brillante
por la cantera, su debut en Huelva siendo juvenil, su primer gol, sus seis
temporadas en el senior, la magia, el talento, el carisma, esa impronta de un
jugador talentoso nacido en la Real Isla de León.
A partir de
ahí encontró trabajo en la Organización Nacional de Ciegos Españoles. Vive en
La Isla con su esposa, que vivía en la calle Bravo. En la actualidad es abuelo
y siempre que puede está dispuesto a hablar de lo que más le gusta, además de
la cocina, el fútbol.
Bajaba una categoría “el Gato”
para seguir disfrutando del fútbol en el Algeciras CF que tenía el ansia
imperiosa de regresar a la categoría nacional. Allí coincidirá con futbolistas
de pasado o futuro azulino: Juan de Dios, Sáez, Ravira, Iglesias, además de los
Quindejo, Del Cura o Platero. Permaneció
dos temporadas. Consiguió el ascenso el Algeciras con Antoñito entre sus filas,
al proclamarse campeón con dos puntos de diferencia sobre el Jerez Industrial.
Con otro ascenso abandonó el
Campo de Gibraltar. En junio de 1975 Antoñito recaló en el Cartagena, del grupo
IV de 3ª división y, por lo tanto, rival
del club isleño. Los cartageneros descendieron a Regional.
Pasó por el filial del Real
Murcia, el Imperial y ya volvió para la provincia de Cádiz con el objetivo de jugar en el Balón de Cádiz CF porque se
lo pidió encarecidamente su amigo Belmaño.
En el histórico equipo balonista colgaría las botas.
A partir de
ahí encontró trabajo en la Organización Nacional de Ciegos Españoles. Vive en
La Isla con su esposa, que vivía en la calle Bravo.
En la actualidad es abuelo y siempre que puede
está dispuesto a hablar de lo que más le gusta, además de la cocina, el fútbol.
Así de bien está en la actualidad.
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