Jornada 30 de la temporada 1980-1981
El
aficionado del Club Deportivo ha soportado todas las inclemencias habidas y por
haber, provocadas por los fenómenos meteorológicos. En la grada animando a su
equipo, haga sol, llueva, nieve, granice, caigan truenos o relámpagos. El
azulino vence todas las inclemencias. En relación con esto, recordamos hoy un
partido que pueden recordar muchos socios veteranos (que ya peinen canas o ni
siquiera se peinen): CD San Fernando – Gimnástico de Tarragona de la temporada
80-81.
Aquella tarde del 29 de marzo de 1981 invitaba a quedarse
en casa. El cielo se presentaba nublado y sus nubes estaban preñadas de lluvia.
Aun así, medio estadio de Madariaga se animaban a subir la calle Colón para presenciar
un bonito compromiso liguero de la jornada 30. Rebuscando entre periódicos,
hemos encontrado que la taquilla fue de
184.249 pesetas.
El técnico asturiano Moncho, que había relevado a Martín Vences, ponía en liza un once inicial con una novedad táctica importante. Cortabitarte jugó de lateral izquierdo, cuando hasta ese momento siempre jugaba más arriba. Participó con sus penetraciones y centros en los dos goles por lo que a partir de ahí se convirtió en un habitual en esa posición. El CDSF presentó la siguiente alineación que tengo apuntada en un cuaderno amarillento y apolillado con letra infantil: Nemesio, Puertas, Rafa, Manolín, Cortabitarte; Manolo, Paco Cepillo, Juan Antonio; Robert, Chicha y Zurdo. Un solo cambio: a falta de ocho minutos entró Adolfo por Paco Cepillo. En el Nástic, situado en mitad de la tabla, venían jugadores de la importancia de Subirats, Palanca, Eloy o el meta Palomo.
A los cuatro minutos de juego cayó una impresionante tormenta de granizos, que venían acompañados de un viento huracanado, obligó a suspenderse el partido varios minutos. Los espectadores se refugiaban como podían bajo las zonas techadas o bien se parapetaban en posición fetal bajo los paraguas que soportaban los golpes de los granizos. Espectacular fue también la carrera que protagonizó el trío arbitral camino del vestuario, encabezados por el colegiado vallisoletano Hernández Velázquez. Y espectacular fue la carrera que protagonizaron todos los futbolistas del terreno de juego. ¿Todos? No. Menos uno. El meta local Nemesio permaneció en la portería y decidió refugiarse en una banqueta. Nemesio “Rain Man”.
Y de repente salió el astro rey,
el Sol, salió con las mismas ganas con las que salieron los jugadores del San
Fernando. El campo, cosa lógica, quedó tremendamente resbaladizo. Aun así, el
partido comenzó a ser entretenido cara al público. En el minuto 23 Cortabitarte por la banda izquierda entraba
en el área, veía la posición de Chicha, se la servía a ras de césped y Chicha
traducía la ocasión en gol. El 1-0 fue recibido con un tremendo júbilo. ¡Cómo
estaban jugando los azulinos! Más aún cuando en el minuto 36 Juan Antonio delineaba
un libre indirecto con escuadra y cartabón sobre el killer Chicha que clavaba
de cabeza el balón en las redes. Remate al más puro Santillana, aquel delantero
centro internacional famoso por su espectacular remate con la testa (2-0).
Chicha fue el verdugo de la tarde.
La grada se contagió del equipo y
animó sin parar, estimulada por el cambio brutal del tiempo atmosférico y por
el carácter demostrado por los pupilos de Moncho.
La publicación semanal de El Mirador
de San Fernando titulaba este partido de la siguiente manera: “Ganó, hasta con
facilidad, el más ingenioso y afortunado equipo isleño”. Se hacía eco de dos
hechos insólitos: la tormenta de granizo, viento y lluvia; y la del CD San
Fernando que ganaba por primera vez en la temporada de forma holgada y “hasta
con facilidad”. Lo que sí es cierto es que la victoria supuso un balón de
oxígeno para ahuyentar el fantasma del descenso.
Al terminar la jornada 30, el Club
Deportivo sumaba su séptima victoria en el grupo II de 2ª B y llegaba a los 24
puntos, ocupando el puesto decimoséptimo, a cuatro de los puestos de descenso.
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