Mayo es el mes de las comuniones, pero nada mejor que la
comunión afición + equipo. El partido comenzó entre aplausos + palmas de tango y finalizó así mismo. Bueno, terminó con
aplausos, fiestas, cánticos, bailes, olas, coreografía y, especialmente, una
alegría desbordante de 3394 azulinos (yo diría que más). No era para menos. Varios
nombres propio s que destacar: Gabri en plan Oliver, Ilyas en plan Benji,
Biabiany haciendo de Biabiany, Toni Gabarre, David Ramos, Lanchi, …
Pablo Alfaro contaba con las bajas de Luis Ruiz y José
Carlos, por lo que se le dio la titularidad al vasco Recio. El resto más o
menos lo esperado.
El partido comenzó con un dominio alterno con escaso
dinamismo en ambos equipos. Nos costaba la misma vida gobernar el encuentro. El
Talavera conseguía maniatarnos. Los de Pablo Alfaro explotaron las bandas y por
ahí llegó el peligro. Dos diablos llegados de Girona, Gabri Martínez e Ilyas
Chaira, lideraban los ataques. El marroquí nos deleitaba con delicatessen: lo
mismo te bajaba como un bailarín el balón al suelo que te regateaba con un
movimiento pélvico.
Los isleños comenzaron a agitar el partido. Arrancadas por
la autovía derecha franco-portorrealeña, esto es, Biabiany y Lanchi. Dio fruto
en el 24’ cuando Biabiany sacó la moto a pasear y diseñó un centro a la cabeza
de Ilyas que la depositó en las redes (1-0).
Perales estuvo celestial a lanzamiento de Zanelli. Fue la antesala del
2-0 con los mismos actores. Biabiany y su motopapi e Ilyas y su talento
(2-0). Al vestuario.
El 2-0 no nos ha sentado bien últimamente y había cierto respeto.
Así se comentaba en los pasillos del estadio.
Muy activado (¿tomaron cafelito?) salió el Club Deportivo. Apenas
tres minutos más tarde, Dani Molina se “filtroinventa” un pase sobre Toni
Gabarre y el navarro asiste sobre la llegaba de Gabri que da un pase a la red.
Gran gol (3-0). Su destape le provocó una tarjeta amarilla. Suspiros de alivio.
¿Seguro?
Llegó pronto el gol visitante y de repente nos asaltaron los
fantasmas (3-1). Puro espejismo. Gabri e Ilyas la lían por dentro, pases
filtrados, taconazo y golazo. ¡No te quites la camiseta, porfa! (4-1). Suben
los decibelios en la grada. Dos goles a
pachas de Gabri e Ilyas, nuestros Zipi y Zape.
Pablo buscó piernas frescas y dar minutos a los menos
usuales. Cosa poco frecuente, utilizó los
cinco cambios. Ovaciones a los “agitadores” del partido: Gabri y Biabiany. Dos
goles del primero y dos asistencias del segundo. Salieron del campo como Gladiator en el
Coliseo.
Llegó el 5-1. David Ramos, otra vez él, con ese chut
patentado que tiene, la incrusta en las redes de Biel Rivas. Prácticamente era
el último baile. Dani Aquino tuvo dos claras, pero no le acompañó la suerte.
El final llegó plácidamente, sin nervios, con uñas. La
felicidad está hecha para ser compartida. Así lo hicieron la plantilla y la
afición. Un final feliz. 35 puntos y un chutazo de moral espectacular.
Foto portada: Patxekita fotos.
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