Tremenda la
anécdota que leímos hace ya unos meses. Miguel Ángel López Moreno en su libro
“República, alzamiento y represión en San Fernando” (pág. 371) lo cuenta con
todo lujo de detalles. Como anécdota futbolística es digna de interés. La foto corresponde al campo de Madariaga más o menos por aquellos años y no se corresponde con el partido que mencionamos en este artículo.
Ocurría el 9 de febrero
de 1941 cuando se enfrentaban en el Madariaga los equipos del CD Arsenal y la
Real Sociedad San Carlos de Cádiz. En una jugada de la primera parte un extremo
de la R.S. San Carlos falló una clara ocasión de gol. En esos momentos se le
escape “me cago en Dios” que escuchó con claridad un policía en la banda. El
partido llegó a su fin.
Un par de
semanas antes la Gobernación había enviado una circular a todos los
gobernadores españoles para que no se permitiera palabras soeces y blasfemias o
injurias contra Dios y los Santos. El celo llegó al fútbol también. Sanción de
arresto y multa. En San Fernando por tanto también se actuó en consecuencia.
El policía que escuchó “la blasfemia” denunció lo oído y mandó escrito que copiamos tal cual:
Iltmo.
Sr. Alcalde de San Fernando:
Tengo
el honor de poner en conocimiento de V.I. que el partido celebrado en el día de
ayer en el campo de Madariaga entre los equipos C.D. Arsenal y R.S. San Carlos
de Cádiz terminó sin novedad alguna, si bien debo significarle que durante el
primer tiempo uno de los jugadores del de San Carlos de Cádiz, blasfemó de Dios
en voz alta, procediendo a tomarle su nombre una vez terminado el tiempo por si
estima V.I. imponerle una sanción.- El individuo denunciado dijo llamarse JOSÉ
GÓMEZ PIÑERO, y que su domicilio era en la R.S. de San Carlos de Cádiz.-
Por
Dios, España y su Revolución Nacional Sindicalista.
San
Fernando 10 Febrero 1941
El
Agente Jefe
El alcalde isleño impuso a José
Gómez Piñero una multa de 100 pesetas (importante para la época) “por alteración del orden y decoro público, blasfemando en voz alta
contra el Santo Nombre de Dios durante el primer tiempo del partido de futbol
celebrado el día 9 del actual en el Campo de Madariaga…”.
José Gómez recibió la notificación el 18 de febrero, advirtiéndole de que tenía diez días para abonar las cien pesetas. Días más tarde se dan cuenta de que el árbitro del partido había cometido un error y el número 7 de dicho partido no era José Gómez, sino Juan Galindo Mora.
Se ponen manos a la obra para localizar a Juan. Se envía una carta a su domicilio de Cádiz. Pasaba el tiempo y Juan Galindo no pagaba la multa. La Alcaldía de San Fernando removió Cielo y tierra para cobrarlo. Dicho con ironía, no podían pasar por alto semejante blasfemia.
El alcalde de San Fernando se puso en contacto con el juez de la capital para que obrara en consecuencia, pero éste no le hizo caso no una vez, sino dos veces. En vista de la situación, el alcalde isleño hizo que le llevaran a su despacho al multado. Pagó la multa y Galindo solucionó el tema.
Lo que dio de sí una blasfemia en una
España que iba de Reserva Espiritual de Occidente.
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